jueves, 22 de marzo de 2012

¿A quién apoya ASUNICO?

Las declaraciones de Manuel García, presidente de ASUNICO, publicadas hoy en "La Voz de Jerez", no nos dejan indiferentes. ¿Por qué? Porque el presidente de ASUNICO, insiste en su campaña de responsabilizar a los trabajadores de los autobuses urbanos de los efectos adversos de la huelga en la caja de los comercios del centro. Tanta insistencia en faltar a la verdad escama. Sobre todo, porque el responsable de ASUNICO no hace el menor intento de trasladar su presión y sus exigencias a la empresa Urbanos Amarillos (que no renueva la flota, no compra uniformidad, no compra marquesinas, no paga nóminas, provoca inseguridad y peligro a viajeros y peatones, ingresa en sus arcas sevillanas la recaudación de los urbanos jerezanos... ) y al Ayuntamiento (culpable por omisión). A diferencia de las mucho más prudentes palabras y posturas públicas de de Fernando García, de ACOJE. Ambas declaraciones pueden leerse en http://www.lavozdigital.es/jerez/v/20120322/jerez/estan-cercando-comercio-20120322.html

Pues es curioso que cuando toda la ciudad (Federación Solidaridad, FACUA, ADIFI, ACOJE, CCOO, UGT, CGT, comités de Urbanos de Jerez y de Linesur, Izquierda Unida IU, PSOE, Foro Ciudadano, UPyD, Partido Andalucista y PDSA) ofrece su apoyo a los trabajadores que están velando por el interés general --y no solo el particular--, salga el presidente de ASUNICO para criticar a aquellos a los que les asiste la razón e, implicitamente, para respaldar a aquellos que carecen de ella.

¿No será que el presidente de ASUNICO aún no ha percibido que su caja comercial en Pleximar disminuye porque el público jerezano conoce de su insolidaridad y por eso le da la espalda?



JEREZ

«Están cercando al comercio»

22.03.12 - 01:04 - 
El mercado es de los más perjudicados, al ofrecer productos perecederos. :: JUAN CARLOS CORCHADO
Octava semana de huelga en el transporte urbano. Dos meses sin autobuses. Dos meses sin acceso público al centro y con las principales calles cortadas prácticamente a diario por las innumerables protestas laborales. Un panorama desolador para cualquier usuario, pero más aún para los pequeños negocios que agonizan ante una situación sin visos de solución a corto plazo. Ayer, los presidentes de las principales asociaciones de comerciantes, Asunico y Acoje, manifestaron su preocupación e impotencia por las consecuencias de un conflicto que a pesar de que nada tiene que ver con ellos se ha convertido en su gran azote.
«Estamos todos crispados -se lamentó Manolo García, presidente de Asunico-, tanto los comerciantes del centro y de la Plaza de Abastos como los taxistas, porque no sabemos en qué va a acabar esto. No solo se trata ya de la huelga; nos cortan las calles cada dos por tres, cuando no es por una manifestación es porque un autobús se ha averiado y entre una cosa y otra la gente ya no viene por aquí. Nos están cercando». El nivel de ventas, obviamente, es inversamente proporcional al crecimiento y perpetuación del conflicto, por lo que García no duda de que los pequeños empresarios están sufriendo pérdidas de al menos el 60%.
«No podemos pagar los locales ni las hipotecas, casi no podemos dar de comer a nuestros hijos. Ahora mismo, económicamente estamos por los suelos». Como informó, la asociación que representa se reunió recientemente con los diferentes sindicatos y les trasladó su inquietud, que se acrecienta más si cabe en el caso de los comerciantes del Mercado de Abastos, al manejar productos perecederos. Según García, les pidieron que rebajaran el tono de sus protestas, argumentando que con ellas no se está castigando tanto a la empresa responsable como a la ciudadanía.
Impotencia
«¿Quién nos va a pagar a nosotros por daños y perjuicios? Toda la ciudad se ha convertido en rehén de algo de lo que no somos culpables. Estamos pagando los que no tenemos que pagar. Parece que su lema es: 'Como yo no como, tampoco comes tú'». En la misma línea se expresó el presidente de Acoje, Fernando García, que mostró cierta resignación e impotencia frente a lo ocurrido. «La solución no se ve ni en el infinito. Lo hemos intentado todo, pero la caja del Ayuntamiento está vacía. No podemos aguantar mucho más pero tampoco sabemos qué hacer al respecto. ¿Qué hacemos, acampamos nosotros también, con la crispación social que ya hay en la calle?».
De momento, la indignación se queda en lamentos. Con el tiempo, sin embargo, no descartan replantearse las cosas y adoptar algún tipo de medida antes de que la huelga de la plantilla de Urbanos Amarillos termine de firmar su sentencia de muerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario