7 meses después, sólo 7 meses, el servicio ha empeorado a todas luces. La flota sigue sin renovarse, los autobuses se caen a pedazos, los usuarios no viajan con garantías de seguridad, la empresa no pasa el reconocimiento anual a estos servidores públicos, no se reparan las averías, no se asignan servicios a conductores, se ordena no buscar sustitutos a empleados enfermos, destruyen deliberadamente material móvil de propiedad pública, no cumplen los servicios pactados con el Ayuntamiento y comprometidos con la ciudadanía, no arreglan emisoras, no gastan ni un €uro en publicidad o información, no han empezado la renovación de las marquesinas y postes, culpan de errores de cuadrante ocasionados por el jefe de servicio a los conductores que son víctimas de los mismos, escriben cartas amenazadoras a empleados que se encuentran de baja, las nóminas no se abonan desde mediados de diciembre, el personal sigue careciendo de uniformes, etc. Si antes los incumplimientos eran "flagrantes", que siete meses después se sigan produciendo con deliberada alevosía raya en lo delictivo.
Decía García Pelayo en esta nota que "nuestra obligación es garantizar la prestación de un servicio de calidad y velar para que se cumplan las cláusulas del contrato con la empresa, porque para eso los ciudadanos pagan los impuestos. Así que no podemos mirar hacia otro lado". Pues bien, excelentísima señora alcaldesa y senadora, permítanos la confianza de recomendarle que de una vez por todas, deje de mirar efectivamente hacia ese otro lado, el que sólo usted conoce, y que por una vez, de forma definitiva y concluyente, mire hacia aquí, sí, hacia esta cochambre en que se ha convertido el servicio de transporte urbano de la 5ª ciudad de Andalucía, la capital del caballo, del flamenco, del vino, de las motos, la que disfrutaba del mejor y más considerado transporte público en 1998. Verá entonces que la ciudad le urge para que cumpla con la obligación que usted misma se ha impuesto y arrogado, que no es otra en sus propias palabras que "garantizar la prestación de un servicio de calidad y velar para que se cumplan las cláusulas del contrato con la empresa, porque para eso los ciudadanos pagan los impuestos".
Para eso le urgen sus conciudadanos, y también para exigirle que no consienta ni un minuto más que la empresa Urbanos Amarillos siga estafando y humillando al pueblo de Jerez, a su Ayuntamiento y sobre todo a su más alta representante, la Alcaldesa, elegida por sufragio universal para garantizar la mejora de los servicios públicos y para velar por la dignidad y el respeto que las contratas municipales deben tener por su mejor y único cliente, el Pueblo de Jerez, y por usted, su Alcaldesa.
Así que, señora, demuestre que sigue siendo la elegida por la ciudad, recuerde lo que expresaba usted en esta nota de agosto y acabe de una vez por todas con esta pesadilla a la que se ha visto abocada la ciudadanía jerezana y la plantilla del servicio por culpa de la empresa Urbanos Amarillos y de los que consienten sus ilegales desmanes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario