Jerez
El comercio considera "irreparable" el daño por la huelga de autobuses
Las asociaciones de comerciantes critican que ni siquiera se estén cumpliendo los servicios mínimos y que se tome el centro como escenario de todas las protestas
Gloria Moreno / Jerez | Actualizado 14.03.2012 - 07:14
El malestar por la prolongada huelga de autobuses entre los comerciantes del centro es unánime. Todas las asociaciones consideran que el daño causado es ya "irreparable", mientras se enfrentan a un horizonte en el que no se vislumbra ninguna solución. El encuentro ayer entre la alcaldesa María José García-Pelayo y las principales asociaciones de comerciantes del centro para la firma de un acuerdo con la empresa de aparcamientos subterráneos 'Empark' puso de nuevo sobre el tapete la problemática del transporte público, aunque fue un asunto que no se abordó de forma oficial.
Los comerciantes de la plaza de abastos, unos de los más perjudicados por la huelga, pidieron a la alcaldesa una reunión para tratar exclusivamente de este tema y trasladarle la preocupación de los vendedores, que se puso de manifiesto en la asamblea general que la asociación de la plaza celebró el pasado lunes. El presidente de estos comerciantes, Juan Carlos Muñoz, señaló ayer que aunque entienden los motivos que han llevado a los trabajadores de Urbanos Amarillos a la huelga -el impago de sus nóminas- recriminó que ni tan siquiera estén funcionando de forma correcta los servicios mínimos, así como los incidentes que se están produciendo con autobuses averiados, uno de los cuales colapsó el pasado lunes todo el centro al quedarse parado entre las calles Cerrón y Honda. "Todo el mundo tiene derecho a la huelga, pero no es lógico que no se respeten los servicios mínimos y con averías cada dos por tres". Muñoz recordó que en el caso de la plaza los comerciantes trabajan con productos perecederos, "que si no se venden hoy, ya no se venden y se pierde todo. El autobús es fundamental para el mercado. Una señora se va de aquí con seis o siete kilos de peso y tiene que tener un autobús a la puerta".
El representante de la plaza de abastos insistió en que las pérdidas son ya irreparables y que pese a que el mercado sigue teniendo usuarios, "vienen a pasear, pero no compran porque nadie se va a ir de aquí cargado".
Aunque los comerciantes de la plaza han obtenido del Ayuntamiento una rebaja del 50% de la tasas que pagan por los puestos desde este año, la intención de la asociación es seguir reclamando otro tipo de ventajas fiscales para paliar las pérdidas, aunque Muñoz mantuvo que "lo que hace falta es un transporte rápido y eficaz. Se ha llegado a un desbarajuste tal que el usuario de los autobuses no conoce ni las líneas ni los horarios. La gente está muy desorientada".
Al malestar por la huelga de autobuses se une las continuas movilizaciones en el centro de trabajadores afectados por los impagos. "Me gustaría que alguna vez se cortase la N-IV. Yo no veo que en Cádiz se hagan las protestas en el centro, todo el mundo se va al puente", señaló Muñoz. De la misma opinión es el presidente de Asunico, Manuel García, quien afirmó que "no se puede tolerar que todos los días haya manifestaciones por el centro. Nosotros no tenemos la culpa de que las empresas no les paguen y también tenemos hipotecas e hijos a los que hay que dar de comer y además dependemos de nosotros mismos, porque somos autónomos. Así no podemos seguir, ésta no es la solución".
Ante la ausencia de una resolución para los conflictos a corto plazo, el presidente de Acoje, Fernando García, coincide con las otras asociaciones en que "el vaso ya se ha rebosado hace tiempo. El daño al comercio, sobre todo, al mercado, es gravísimo". Lamentó que todas las actividades que se intentan hacer para revitalizar el centro "se ensombrecen por la conflictividad social" y agregó que "también nuestros trabajadores están sufriendo retrasos en el pago de sus nóminas y se están produciendo cierres de comercios".
García se refirió al descuento del 50% en las tasas conseguido por los comerciantes de la plaza, que desde Acoje se ve como un hecho positivo, pero a la vez un agravio comparativo para el resto de los comerciantes, "porque aquí todos somos damnificados. Que se lo pregunten al comerciante de la calle Consistorio que tiene una acampada en la puerta y no le entra nadie". El responsable de Acoje recordó que tanto a través de la Cámara de Comercio como de la de la Confederación Empresarial de Comercio se han solicitado rebajas en los impuestos, pero hasta el momento sin resultados.
Los comerciantes de la plaza de abastos, unos de los más perjudicados por la huelga, pidieron a la alcaldesa una reunión para tratar exclusivamente de este tema y trasladarle la preocupación de los vendedores, que se puso de manifiesto en la asamblea general que la asociación de la plaza celebró el pasado lunes. El presidente de estos comerciantes, Juan Carlos Muñoz, señaló ayer que aunque entienden los motivos que han llevado a los trabajadores de Urbanos Amarillos a la huelga -el impago de sus nóminas- recriminó que ni tan siquiera estén funcionando de forma correcta los servicios mínimos, así como los incidentes que se están produciendo con autobuses averiados, uno de los cuales colapsó el pasado lunes todo el centro al quedarse parado entre las calles Cerrón y Honda. "Todo el mundo tiene derecho a la huelga, pero no es lógico que no se respeten los servicios mínimos y con averías cada dos por tres". Muñoz recordó que en el caso de la plaza los comerciantes trabajan con productos perecederos, "que si no se venden hoy, ya no se venden y se pierde todo. El autobús es fundamental para el mercado. Una señora se va de aquí con seis o siete kilos de peso y tiene que tener un autobús a la puerta".
El representante de la plaza de abastos insistió en que las pérdidas son ya irreparables y que pese a que el mercado sigue teniendo usuarios, "vienen a pasear, pero no compran porque nadie se va a ir de aquí cargado".
Aunque los comerciantes de la plaza han obtenido del Ayuntamiento una rebaja del 50% de la tasas que pagan por los puestos desde este año, la intención de la asociación es seguir reclamando otro tipo de ventajas fiscales para paliar las pérdidas, aunque Muñoz mantuvo que "lo que hace falta es un transporte rápido y eficaz. Se ha llegado a un desbarajuste tal que el usuario de los autobuses no conoce ni las líneas ni los horarios. La gente está muy desorientada".
Al malestar por la huelga de autobuses se une las continuas movilizaciones en el centro de trabajadores afectados por los impagos. "Me gustaría que alguna vez se cortase la N-IV. Yo no veo que en Cádiz se hagan las protestas en el centro, todo el mundo se va al puente", señaló Muñoz. De la misma opinión es el presidente de Asunico, Manuel García, quien afirmó que "no se puede tolerar que todos los días haya manifestaciones por el centro. Nosotros no tenemos la culpa de que las empresas no les paguen y también tenemos hipotecas e hijos a los que hay que dar de comer y además dependemos de nosotros mismos, porque somos autónomos. Así no podemos seguir, ésta no es la solución".
Ante la ausencia de una resolución para los conflictos a corto plazo, el presidente de Acoje, Fernando García, coincide con las otras asociaciones en que "el vaso ya se ha rebosado hace tiempo. El daño al comercio, sobre todo, al mercado, es gravísimo". Lamentó que todas las actividades que se intentan hacer para revitalizar el centro "se ensombrecen por la conflictividad social" y agregó que "también nuestros trabajadores están sufriendo retrasos en el pago de sus nóminas y se están produciendo cierres de comercios".
García se refirió al descuento del 50% en las tasas conseguido por los comerciantes de la plaza, que desde Acoje se ve como un hecho positivo, pero a la vez un agravio comparativo para el resto de los comerciantes, "porque aquí todos somos damnificados. Que se lo pregunten al comerciante de la calle Consistorio que tiene una acampada en la puerta y no le entra nadie". El responsable de Acoje recordó que tanto a través de la Cámara de Comercio como de la de la Confederación Empresarial de Comercio se han solicitado rebajas en los impuestos, pero hasta el momento sin resultados.
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